LA LIBERTAD DE PALABRA
El próximo 1 de octubre se celebrará una vez más el día del Periodista y de seguro habrán homenajes y recordaciones y el alto en la jornada para significar esta fecha, para reflexionar, para evaluar nuestro trabajo y cuando no para criticar el trabajo de los demás y casi nunca evaluarnos a nosotros mismos.
Todos vamos a estar de acuerdo que ser Periodista en el Perú es un oficio difícil y complicado, por los avatares de la política y sobre todo del poder económico, por el alto grado de corrupción del estado, por la violencia sistemática de poderes ocultos del narcotráfico, mafias organizadas, secuestradores y bandas delincuenciales que han ganado batallas a las autoridades en contra de la sociedad civil, que no tiene seguridad, ni orden, ni chamba, ni justicia.
En medio del caos, hay periodistas y/o comunicadores que no les interesa prepararse para esta lucha diaria, que no leen nunca, que no se informan como debe ser, que poco o nada les interesa el desarrollo, que son ajenos a los temas de actualidad que debe preocuparnos hoy como son el agua, los bosques, la depredación, el derecho a la vida, a la justicia y entonces son fácil presa de la coima, el chantaje, el acomodo, el oportunismo y la deslealtad.
Un periodista que no razona, que no se hace miles de preguntas siempre, que no es desconfiado con el poder, que no se prepara todos los días, que no lee, que no se informa, que no investiga, que no cruza información, siempre será sospechoso de que algo oculta en su negra conciencia.
Hay tantos ejemplos en nuestro país como para aprender la lección y ahí están las geishas de Fujimori, los sobones de doña Lourdes Flores, los ayayeros y oportunistas del actual Presidente de la república y tantos otros que desdicen de su labor periodística y que sobreviven gracias a la dádivas del poder.
El periodismo es pues un apostolado, una forma de vivir con decencia, con honestidad, con la velocidad de un rayo, con la pasión desenfrenada por la cultura, por los viajes, por la vida, por la paz, por el amor, por la justicia.
El periodismo es una forma de amar el Perú y su gente, de disfrutar los lugares mágicos de la selva, la hermosa tristeza de la sierra, la ternura del mar de la costa y saborear su comida y sus licores y la sazón especial que le ponemos los peruanos a la amistad y para eso necesitamos ser sensibles a los problemas de nuestro país, a su pobreza, a sus angustias, a sus decepciones, a su tristeza?un periodista que ama su profesión entenderá mi reflexión en esta hora decisiva para el país.
Y finalmente está su compromiso con la verdad, con la libertad, con la palabra que debe ser un dardo mortal contra la mentira y contra el cinismo del poder.
No nos olvidemos nunca que si nuestra labor y nuestra palabra y nuestra voz es una molestia permanente para el poder de turno, es porque estamos por un buen camino.
Como dice el periodista y sindicalista paraguayo Rodolfo Romero, compañero de mil batallas por la justicia y combates contra la ignorancia: "Una educación sin preguntas genera una sociedad sin respuestas".
Feliz día amigos, compañeros, camaradas y hermanos periodistas.
Todos vamos a estar de acuerdo que ser Periodista en el Perú es un oficio difícil y complicado, por los avatares de la política y sobre todo del poder económico, por el alto grado de corrupción del estado, por la violencia sistemática de poderes ocultos del narcotráfico, mafias organizadas, secuestradores y bandas delincuenciales que han ganado batallas a las autoridades en contra de la sociedad civil, que no tiene seguridad, ni orden, ni chamba, ni justicia.
En medio del caos, hay periodistas y/o comunicadores que no les interesa prepararse para esta lucha diaria, que no leen nunca, que no se informan como debe ser, que poco o nada les interesa el desarrollo, que son ajenos a los temas de actualidad que debe preocuparnos hoy como son el agua, los bosques, la depredación, el derecho a la vida, a la justicia y entonces son fácil presa de la coima, el chantaje, el acomodo, el oportunismo y la deslealtad.
Un periodista que no razona, que no se hace miles de preguntas siempre, que no es desconfiado con el poder, que no se prepara todos los días, que no lee, que no se informa, que no investiga, que no cruza información, siempre será sospechoso de que algo oculta en su negra conciencia.
Hay tantos ejemplos en nuestro país como para aprender la lección y ahí están las geishas de Fujimori, los sobones de doña Lourdes Flores, los ayayeros y oportunistas del actual Presidente de la república y tantos otros que desdicen de su labor periodística y que sobreviven gracias a la dádivas del poder.
El periodismo es pues un apostolado, una forma de vivir con decencia, con honestidad, con la velocidad de un rayo, con la pasión desenfrenada por la cultura, por los viajes, por la vida, por la paz, por el amor, por la justicia.
El periodismo es una forma de amar el Perú y su gente, de disfrutar los lugares mágicos de la selva, la hermosa tristeza de la sierra, la ternura del mar de la costa y saborear su comida y sus licores y la sazón especial que le ponemos los peruanos a la amistad y para eso necesitamos ser sensibles a los problemas de nuestro país, a su pobreza, a sus angustias, a sus decepciones, a su tristeza?un periodista que ama su profesión entenderá mi reflexión en esta hora decisiva para el país.
Y finalmente está su compromiso con la verdad, con la libertad, con la palabra que debe ser un dardo mortal contra la mentira y contra el cinismo del poder.
No nos olvidemos nunca que si nuestra labor y nuestra palabra y nuestra voz es una molestia permanente para el poder de turno, es porque estamos por un buen camino.
Como dice el periodista y sindicalista paraguayo Rodolfo Romero, compañero de mil batallas por la justicia y combates contra la ignorancia: "Una educación sin preguntas genera una sociedad sin respuestas".
Feliz día amigos, compañeros, camaradas y hermanos periodistas.
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