domingo, setiembre 17, 2006

EL PEOR ENEMIGO DEL HOMBRE ES EL PROPIO HOMBRE

Esta es una fecha que se recuerda, no solo por la muerte inocente de muchas personas,sino también por el grado de salvajísmo con que actúan algunos seres humanos para dirimir posiciones políticas y religiosas.No en vano se mantiene vigente aquella frase lapidaria :"el peor enemigo del hombre es el propio hombre".

Aquel 11 de setiembre tiene tal significación y quizás no sea el último de los que vendrán, si nos atenemos a la cada vez más intensa discrepancia que se da en el género humano, impotente para alcanzar respuestas a los graves problemas sociales y económicos que, éstos si, se han globalizado por todo el mundo, por todos los continentes.

Pero, cómo es que el hombre, sujeto con inteligencia y dignidad, no haya logrado a lo largo de su historia, los medios para vivir en paz y armonía.En las viejas páginas del conocimiento, lo que más sobresale es la contienda diaria por la eliminación de unos a otros.

Los logros positivos que los hay y de enorme valoración,empalidecen cuando se pasa revista a los enfrentamientos de los seres humanos, desde los tiempos de la vida del hombre en las cavernas.Qué es lo que impide que ese mismo hombre, galante promotor de la convivencia y de los sistemas que regulan la misma,no pueda todavía lograr su integración mediante la solidaridad verdadera.Es extraño, sobre todo cuando se observa la forma cómo las hormigas, por citar un caso,entre otros animales irracionales, si tienen su propio mundo y sobreviven ayudándose unos a otros.

Quizás la respuesta se encuentre en el extremo del valor que se le da al dinero, a la riqueza material, la misma que auspicia guerras, persecuciones, exterminios, bajo el descarado interés de suponerse grande, porque tiene más que los demás.También podría pensarse que el terror aumenta en razón de la raza, del origen de la etnia,en el color de la piel, negando brutalmente que la sangre siendo distinta, sin embargo, es la misma cuando ella fluye como expresión de amor sincero.

O a lo mejor se extrema el genocidio por cuestión de credos o de ideas políticas, actuando con mayúscula negación a los ideales del pensamiento razonado y del respeto que trasciende cuando se trata de la dignidad de la persona humana.Pero la humanidad, no es tan humana.No tiene brújula, carece de horizonte.

El hombre sigue matando al hombre, el hombre sigue explortando al hombre, el hombre continúa negando el pan al hombre que no lo tiene,el hombre se perfecciona para ser más sanguinario que el de ayer...y así globaliza el terror de él,por él y contra él.Que no haya ya otros 11 de setiembre.Que la fe mueva las montañas de la incompresión.