NO ERA TANTO EL AMOR AL CHANCHO ,SINO A LOS CHICHARRONES.......
Todo indica que ha comenzado la temporada de destapes en el Congreso de la República. Y esto en pleno invierno. Un número significativo de congresistas ha dejado de lado la supuesta moral abrigadora, que decía tener y, ahora, sin recato alguno, se ha desnudado ante la opinión pública, declarándole la guerra a toda política de austeridad.
Tales legisladores, en su totalidad integrantes de la alianza Unión por el Perú-Partido Nacionalista, exigen suculentos sueldos y han mandado al diablo aquello de su identidad con los pobres del Perú. En primera fila se encuentran Isaac Mekler, Víctor Mayorga, Cenaida Uribe, Janet Cajahuanca y el infaltable Daniel Abugattás, demostrando así que su afán de llegar al Parlamento, no era tanto por amor al chancho, sino más bien a los chicharrones. Mala, muy mala señal, de estos legisladores que tienen como escudo el símbolo de una olla con los colores rojo y blanco.
Digamos, mejor, que se trata de un comportamiento censurable y repudiable, porque se da en momentos tan difíciles para el país, cuando de todos los sectores de la república se demanda austeridad y el término de toda política de despilfarro, con el propósito de atender las más sentidas necesidades sociales de la población.
Como para que no queden dudas, de que les importa un rábano aquello de ajustarse las correas, cuando en las calles hay 13 millones de compatriotas muriéndose de hambre, el congresista Juvenal Ordoñez, quien viene de la heroica ciudad de Tacna, en actitud que lo descalifica ha dicho que tal reducción de sueldos es muy pequeño, "un ripio" y que, por lo tanto, no servirá para los planes de afianzamiento de economía de los pobres.
¿Qué dirá a todo esto el señor Ollanta Humala Tasso?. ¿Estará, acaso, de acuerdo con la actitud de quienes representan a su agrupación en el Poder Legislativo?. ¿Guardará silencio, se esconderá detrás de las faldas de Nadine? ¿Saldrá al frente, con la espada desenvainada, listo para cercenar cabezas y acabar con esta demostración de corruptela?.
Habrá que esperar. Como se sabe, los reclamantes de hoy, en el transcurso de la campaña electoral se mostraron como enemigos irreconciliables del pago de 26 mil nuevos soles que percibían los congresistas de la república en la gestión anterior, aquellos que juramentaron por Dios y "por la plata". Y algo más, abiertamente señalaban que cómo era posible que solamente rindieran cuenta del 30 por ciento de lo que recibían por concepto de gastos operativos.
Tan ingrata cachetada a la dignidad de los ciudadanos que le dieron sus votos para que los representen en el Congreso, los mencionados personajes no se contentan con los 15,600 nuevos soles que por todo concepto recibirán desde este mes.
Además, no hay tomado en cuenta que el mismo camino tendrán que seguir los ministros, magistrados, fiscales supremos y miembros del Tribunal Constitucional. No, ellos se consideran distintos y hasta han formado una comisión, presidida por Karina Beteta, congresista por Huánuco, quien al parecer confundida o extraviada, hará un estudio bajo el lema "aquel que no llora, no mama". Felizmente, no todos los altos funcionarios del Estado comparten esta censurable actitud.
Tenemos el caso del presidente del Poder Judicial, Walter Vásquez Vejarano, quien se ha mostrado dispuesto a reducir su sueldo, aunque es verdad, según ha dicho, "en la medida que las circunstancias así lo determinen". Yendo de la palabra a los hechos, el mismo magistrado ha anunciado que este jueves la Sala Plena de la Corte Suprema analizará las normas que disponen la reducción de remuneraciones del sector público.
No sabemos qué es lo que sucederá con estos congresistas tan angurrientos. Pero sí sería conveniente que ante la posibilidad de modificaciones en la Carta Constitucional, se prevea la vacancia de aquellos legisladores que lejos de cumplir con la promesa ofrecida, a la hora de la verdad sacan las garras con tal de obtener los mayores beneficios económicos.
Y para que no haya duda de que su comportamiento es reprobable, también es conveniente hacerles saber a estos parlamentarios que sus acciones los están llevando, si es que ya no lo están, a formar parte de ese grupo selecto del 10 por ciento de la población que tiene ingresos mensuales mayores, 26 veces superior al 10 por ciento de la población del país de menores ingresos y que, al mismo tiempo, se ubican en una posición muy privilegiada dentro de la pirámide económica, muy distante, pero muy distante, del resto de la población peruana que vive con un ingreso promedio inferior a los 60 dólares por mes.
Para concluir, estos congresistas ¿son o no son neoliberales?, ¿tienen la escuela de los Chicago Boys?, o simplemente forman parte de esa legión de pedigueños que creen haberse sacado la tinka por haber llegado al Congreso.
Tales legisladores, en su totalidad integrantes de la alianza Unión por el Perú-Partido Nacionalista, exigen suculentos sueldos y han mandado al diablo aquello de su identidad con los pobres del Perú. En primera fila se encuentran Isaac Mekler, Víctor Mayorga, Cenaida Uribe, Janet Cajahuanca y el infaltable Daniel Abugattás, demostrando así que su afán de llegar al Parlamento, no era tanto por amor al chancho, sino más bien a los chicharrones. Mala, muy mala señal, de estos legisladores que tienen como escudo el símbolo de una olla con los colores rojo y blanco.
Digamos, mejor, que se trata de un comportamiento censurable y repudiable, porque se da en momentos tan difíciles para el país, cuando de todos los sectores de la república se demanda austeridad y el término de toda política de despilfarro, con el propósito de atender las más sentidas necesidades sociales de la población.
Como para que no queden dudas, de que les importa un rábano aquello de ajustarse las correas, cuando en las calles hay 13 millones de compatriotas muriéndose de hambre, el congresista Juvenal Ordoñez, quien viene de la heroica ciudad de Tacna, en actitud que lo descalifica ha dicho que tal reducción de sueldos es muy pequeño, "un ripio" y que, por lo tanto, no servirá para los planes de afianzamiento de economía de los pobres.
¿Qué dirá a todo esto el señor Ollanta Humala Tasso?. ¿Estará, acaso, de acuerdo con la actitud de quienes representan a su agrupación en el Poder Legislativo?. ¿Guardará silencio, se esconderá detrás de las faldas de Nadine? ¿Saldrá al frente, con la espada desenvainada, listo para cercenar cabezas y acabar con esta demostración de corruptela?.
Habrá que esperar. Como se sabe, los reclamantes de hoy, en el transcurso de la campaña electoral se mostraron como enemigos irreconciliables del pago de 26 mil nuevos soles que percibían los congresistas de la república en la gestión anterior, aquellos que juramentaron por Dios y "por la plata". Y algo más, abiertamente señalaban que cómo era posible que solamente rindieran cuenta del 30 por ciento de lo que recibían por concepto de gastos operativos.
Tan ingrata cachetada a la dignidad de los ciudadanos que le dieron sus votos para que los representen en el Congreso, los mencionados personajes no se contentan con los 15,600 nuevos soles que por todo concepto recibirán desde este mes.
Además, no hay tomado en cuenta que el mismo camino tendrán que seguir los ministros, magistrados, fiscales supremos y miembros del Tribunal Constitucional. No, ellos se consideran distintos y hasta han formado una comisión, presidida por Karina Beteta, congresista por Huánuco, quien al parecer confundida o extraviada, hará un estudio bajo el lema "aquel que no llora, no mama". Felizmente, no todos los altos funcionarios del Estado comparten esta censurable actitud.
Tenemos el caso del presidente del Poder Judicial, Walter Vásquez Vejarano, quien se ha mostrado dispuesto a reducir su sueldo, aunque es verdad, según ha dicho, "en la medida que las circunstancias así lo determinen". Yendo de la palabra a los hechos, el mismo magistrado ha anunciado que este jueves la Sala Plena de la Corte Suprema analizará las normas que disponen la reducción de remuneraciones del sector público.
No sabemos qué es lo que sucederá con estos congresistas tan angurrientos. Pero sí sería conveniente que ante la posibilidad de modificaciones en la Carta Constitucional, se prevea la vacancia de aquellos legisladores que lejos de cumplir con la promesa ofrecida, a la hora de la verdad sacan las garras con tal de obtener los mayores beneficios económicos.
Y para que no haya duda de que su comportamiento es reprobable, también es conveniente hacerles saber a estos parlamentarios que sus acciones los están llevando, si es que ya no lo están, a formar parte de ese grupo selecto del 10 por ciento de la población que tiene ingresos mensuales mayores, 26 veces superior al 10 por ciento de la población del país de menores ingresos y que, al mismo tiempo, se ubican en una posición muy privilegiada dentro de la pirámide económica, muy distante, pero muy distante, del resto de la población peruana que vive con un ingreso promedio inferior a los 60 dólares por mes.
Para concluir, estos congresistas ¿son o no son neoliberales?, ¿tienen la escuela de los Chicago Boys?, o simplemente forman parte de esa legión de pedigueños que creen haberse sacado la tinka por haber llegado al Congreso.
3 Comments:
Los cambios no parten de los llamados poderes del Estado, esto parece que se comprueba cada cinco años, se debe crear educación y conciencia social entre la gente. Es lo que importa. Mas debo agregar, que programas como el suyo, ayudaron durante la època electoral a inflar los votos de Ollanta más que a restarle votos.
Era de esperarse, lamentablemente estamos en las manos de estos políticos parlamentarios y si hay alguna forma de hacerle frente a este abuso debe nacer del porcentaje de congresistas que en realidad tiene la intensión de corregir todos estos problemas.
La Zenaida Uribe ahora dice que si esta de acuerdo, mañana dira que ya no
Katti
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