jueves, julio 27, 2006

A PESAR DE TODO ,VIVA EL PERU CARAJO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



El mes de julio es el mes de la patria. Se reafirman los más cálidos sentimientos hacia una comunidad espiritual. Pero en medio de ese entusiasta fervor, llegan los circos y ponen el toque de alegría.

Los payasos con sus ocurrentes frases, las fieras domesticadas despiertan expectativas, los trapecistas se desplazan audazmente, en tantos los magos dejan perplejos hasta al más avisado. Julio es el sétimo mes del año y muchos miran el calendario, unos para gritar con optimismo creyente ¡Viva el Perú, carajo!, otros para mirar con nostalgia el tiempo transcurrido, los más para ponerse la escarapela bicolor y observar en silencio, a través de la caja boba, el Te Deum en la catedral, la parada militar y el discurso presidencial cargado de logros que pocos pueden palpar.

Todo esto en medio de las ciudades abanderadas, con bares donde patrióticamente se rinde culto al pisco sour o se recurre a la acriollada cerveza "no muy helada". Todo, absolutamente todo, en un país donde, mentirosamente, el que se va de Palacio afirma que solo hay un 48 por ciento de pobres, cuando en realidad más del 80 por ciento tiene poco o nada que comer.

Da la impresión que julio es también un mes de desilusiones y renovadas esperanzas. Este año se va un gobierno, llevándose una marca impregnada a fierro caliente, por frívolo y despilfarrador, por blando y consentidor, sin primera dama porque ya no hay poder. Este año llega un gobierno, aunque sin el olor de multitud de la primera vez, y tampoco con la juventud de los treintaicinco mayos de entonces. No se le puede tildar de derecha, menos de izquierda y de centro tampoco.

Y entonces, ¿qué diablos es?. La incógnita se encierra en la promesa de un régimen que anuncia austeridad y responsabilidad. No se sabe a favor de quién. Julio, no se puede dudar, tiene características propias. La fe en la patria rebrota espontáneamente, aunque no se sepa cómo nació la misma, el reencuentro familiar es inevitable, así sea solo para conversar, y la alegría discurre con las ocurrencias y las extravagancias de nosotros mismos.

Puede faltar el pan, pero no falta el circo. A propósito de circos hay pre temporada y temporada, unos están en el centro de la ciudad y otros en los alrededores. Hay circos verdaderos y de los otros. Por eso, quizas, hay quienes confunden una cosa con la otra. Lo ocurrido el reciente martes, en el Congreso de la República, no se escapa a ello.

Algunos "padres de la patria", pocos todavía, dieron muestras de su vocación histriónica. Por eso, a la hora de juramentar, hicieron lo que les viene del alma, puras payasadas. Sabían que era su hora estelar y por lo mismo dieron espectáculo, aunque malo, pero espectáculo al fin y al cabo.

Lo ocurrido este martes pasado en el Parlamento, a tribunas llenas, con la taquilla agotada, con la actuación de "Werner Cabrera", "Janet Cajahuanca", "Miró Ruíz", entre otros debutantes, transcurrió entre risas y salsas, pero también entre ajos y cebollas.

Para unos la carcajada estuvo a flor de labios, para otros solo queda la sensación de un humor negro. Pero estamos en julio y el espectáculo debe seguir.... Por eso, como decía el extinto Jorge Donayre, expresemos a todo pulmón "Viva el Perú, carajo", "Viva el Perú, carajoooo".

1 Comments:

Blogger Marco Antonio Inca said...

Claro, ¡Viva el Perú y Sereno! con los 20 millones cobrados por Ivcher.

9:37 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home