CASTAÑEDA LOSSIO TIENE TIEMPO PARA PENSARLO DOS VECES

Luis Castañeda Lossio debe estar a estas horas más contento que nunca.Las encuestas lo proclaman como un alcalde exitoso y pese a que jefatura, contradictoriamente, un pequeño partido político,su gestión municipal lo ha catapultado a los más altos niveles de la aceptación vecinal.

¿ Será suficiente tal antecedente, para tentar una reeleción y, más tarde, en caso de triunfar,ascender a las ligas mayores, como candidato a la presidencia de la república?.Si se trata de lo primero, es posible que así sea.

Pero no solo por las condiciones que ha mostrado para ejercer la labor de burgomaestre, sino porque a pocas semanas de vencerse el plazo, para la elección partidaria de sus eventuales rivales, no hay ninguno con fuste que le pueda hacer yaya. Ni el señor Juan Sheput, escudero oportuno de lo que hace y no hace el señor Toledo Manrique, ni el señor Luis Delgado Aparicio, ayer vargasllosista y luego fujimorista y, tampoco, la fragil Nadine Heredia, sin más argumentos que el de ser cónyuge del provocador Ollanta Moíses Humala, resultan competidores serios como para restarle votos al chiclayano.Otra cosa sería si apareciera un rival del peso del señor Alberto Andrade Carmona, no por su voluminosa humanidad, sino porque aún Lima lo recuerda como un buen alcalde.

En consecuencia, de darse el caso,si existirían riesgos para la cantada reelección que, con tanto misterio, esconde quien tiene linaje municipal, esto último en recuerdo a su padre, quien fue alcalde en su tierra natal y de su hermano Benjamín Doig Lossio,verdadero autor de la construcción de la Vía Expresa del Paseo de la República y no otro.

Es verdad que a los circunstanciales rivales ya anotados, surgen igualmente otros pre candidatos, pero los mismos están bien verdes.

Tal el caso de Angel Tacchino, aceptable locutor de noticias y militante de Somos Perú, pero sin mayor nombradía como alcalde distrital de Pueblo Libre o de quienes se promueven al interior del Partido Aprista, olvidando que esta colectividad ya quemó sus naves, llevando a sus pesos pesados al Congreso de la República.Castañeda , en consecuencia, puede dormir tranquilo, si esos llegan a ser sus rivales.

Lo dicho anteriormente, sin embargo, no tiene significación alguna si, además, tiene los sueños de llegar a la Presidencia de la República, transitando por la vereda municipal.Allí está en un error de apreciación. Primero porque los contendientes serán otros y con mejores hojas de vida, segundo porque la elección es de carácter nacional y el señor Castañeda no ha sembrado árboles en ese ámbito,tercero porque , aunque sea una exageración, no existen antecedentes de alcalde limeño, que siendo candidato a la presidencia de la república, haya salido victorioso.

Los casos de Bedoya Reyes, Ricardo Belmont, Alberto Andrade, por mencionar los más recientes,confirman lo dicho. Hicieron obras públicas, ganaron popularidad mediática, se metieron en honduras como postulantes a la primera magistratura y se fueron de bruces.Perdieron soga y cabra y con la crueldad del paso de los años,pasaron a las filas de los segundones, ya como asesores, ya como candidatos a otras funciones públicas o ya como parlamentarios, pero casi desapercibidos.

¿ Tal podría ser el futuro político del señor Castañeda?. Quizás, si nos remitimos a los antecedentes ya citados.¿ Será mayor su olfato político?. Eso está por verse. Al fin y al cabo todo marcha con lentitud, como las obras que hace rato debió entregar y que, seguramente, serán inauguradas a tiempo de las vísperas de las elecciones municipales.