domingo, octubre 15, 2006

CUMBRES BORRASCOSAS EN LA COCA NOSTRA

Las acusaciones mutuas entre Jorge Chávez Montoya (a) Polaco y su ex jefe, Fernando Zevallos (a) Lunarejo, son el reflejo de la guerra sorda que se libra en la estratosfera del narcotráfico internacional tras la caída de los carteles colombianos de Cali y Medellín, con la muerte Pablo Escobar y el encarcelamiento de loshermanos Rodríguez Orejuela.

Para nadie es un secreto que los cow boys de la cocaína proceden ahora de los carteles mejicanos, Tijuana, Juárez y Guadalajara, que han barrido con las obsoletas estructuras de la mafia colombiana, al extremo de que el cordón umbilical de las drogas no es por vía aérea sino masivamente a través de contenedores de los buques mercantes, en dimensiones nunca antes vistas.

La desarticulación de las mafias enquistadas en el Alto Huallaga para dar paso a las emergentes en los valles del Ene y Apurímac, no es simple casualidad, como también parece no ser las peleas intestinas entre Polaco y Lunarejo, en un cóctel explosivo de vendetas mafiosas, incluidos asesinatos de testigos incómodos y amenazas contra jueces y fiscales.

Como era de esperarse, el ex empresario aerocomercial, Fernando Zevallos, respondió airadamente a su ex lugarteniente, Chávez Montoya, tras exigir insólitamente a las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario, INPE, su derecho al ejercicio de la libre expresión, porque arguye que sólo ha sido privado del libre tránsito.

Lunarejo dice desconocer cuáles son los intereses de Polaco para involucrarlo en el tráfico internacional de drogas y asegura que su ex hombre de confianza debe encontrarse coludido con terceros que intentan perjudicarlo imputándole hechos falsos porque, aparentemente, negocia su extradición a los Estados Unidos y las condenas que sufre desde 1995.Sin embargo, Zevallos prefirió no aclarar las denuncias y se limitó a señalar que el contenido de la carta que Chávez Montoya envió a la procuradora del Ministerio del Interior para los casos de Tráfico Ilícito de Drogas, Sonia Medina Calvo, es totalmente falsa.

POLACO CONTRAATACA

Ni corto ni perezoso, Polaco respondió que el contenido de su polémica carta no contenía datos falsos y es totalmente verificable, por lo que emplazó a su ex jefe a denunciarlo por delito de difamación para establecer ante los tribunales de justicia quién es el que miente.Esta vez Chávez Montoya aseguró que Zevallos mantiene su red de influencia en diferentes penales, la que estaría utilizando para desacreditar su testimonio, y que prueba de ello es que un interno de Piedras Gordas apellidado Sánchez, que se negó a apoyarlo, fuese trasladado al área de máxima seguridad.

Polaco afirma que la red de influencia de Lunarejo en la Corte Superior de Iquitos es vigente y se nombró como juez en el Caso Zevallos a Cristian Rojas, quien trabajó en el estudio del abogado del controvertido empresario aerocomercial.

El magistrado ofreció inhibirse del proceso pero después hizo oídos sordos a los reclamos.¿ Es cierta esa versión o Polaco utiliza un nuevo recurso para negarse a declarar aduciendo que sólo lo haría ante un juez competente?.

Chávez Montoya afirmó que recibió una llamada en el penal de Iquitos de José Mejía Regalado, quien en nombre de Zevallos le habría pedido que se retractara.Por su lado, la conductora de La Ventana Indiscreta, Cecilia Valenzuela, comentó, que en la difusión de la carta de Fernando Zevallos, diferentes medios de comunicación lo citaron solo como empresario y omitieran decir que se trata de un narcotraficante, condenado en primera instancia a 20 años de cárcel que se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad de Piedras Gordas.

Lejos de amainar la tormenta en la cúpula de la transnacional de la cocaína, Polaco no solo confirmó la reveladora carta que envió, de puño y letra, el pasado 7 de setiembre 2006 a la procuradora antidrogas Sonia Medina, sino que contraatacó con nuevos detalles sobre el accionar de Lunarejo y los tentáculos que aún mantendría en los poderes políticos, judiciales y policiales, incluyendo algunos medios de comunicación.

Sus declaraciones, que parecen extraídas de la saga hollywoodense de El Padrino y las viejas leyendas sicilianas sobre la llamada Honorable Sociedad de la Cosa Nostra, abren nuevas interrogantes en un proceso que, lejos de estar en su fase final, parece entrar en un enmarañado mundo de corruptelas y sicarios que siguen libres a la caza de víctimas.

No es, pues, solo una denuncia del lado oscuro de estas fuerzas corruptoras sino la advertencia de que el enemigo público número 1 de la sociedad se recicla una vez más, acallando conciencias con sobornos millonarios o abriéndose paso a sangre y fuego.