domingo, agosto 27, 2006

DESFILE DE ANALFABETOS Y DEMAGOGOS EN LA POLITICA NACIONAL

Siguen los políticos nativos dándose de cabezazos entre ellos, sin tomar en cuenta que el mundo ha cambiado política, económica y socialmente. Cada día el poder económico se concentra con fuerza en pocas manos y la pobreza avanza exterminando poblaciones enteras.

Todo ello,mientras los primeros pierden el tiempo en palabrejas sin trascendencia y personajes, como el inefable Mario Vargas Llosa, insisten en vender la idea que la globalización debe ser bienvenida porque amplía de manera notable el horizonte de la libertad individual.

Ni unos ni otros toman en consideración que, por tal razón, los países que no tienen trono en el mundo de las maravillas, están obligados a dejar viejas contiendas y poner candado a sus animadversiones, para dar a una cooperación que los lleve e enfrentar con lucidez los embates de una globalización preparada por los más poderosos, es decir aquellos que se consideran los llamados a producir bienes industriales, dejando a los demás el rol de propductores de alimentos y materias primas.

Las expresiones de Daniel Abugattas, personaje popular en el mundo del escándalo político, y de Carlos Bruce, que no se sabe por qué cada vez que se menciona a Sedapal se pone muy nervioso, tratando de crear fricciones con los representantes chilenos que han venido a Lima para participar de un Acuerdo Complementario Económico con Perú, están en esa línea de lo incomprensible.Ambos, supuestamente, rivales enemigos, han saltado como liebres en fogata, porque un legislador del país del sur, Jorge Tarud, ha mencionado que observa manos negras que tratan de empañar el comienzo de una nueva era en la relación entre los sureños y nosotros.

Preguntamos:¿ acaso no es cierto que toledistas y humalistas se oponen, sin fundamento serio, a tal Acuerdo?.Pero este tipo de impertinencias igualmente se da en otros aspectos del quehacer político. Allí tienen sacando pecho y muy orondo a Javier Valle Riestra, sentenciando que el gobierno del partido al que pertenece, está condenado a terminar como un retrato histórico del ultrafujimorismo, porque está gobernando con una Constitución apócrifa de 1993.

Pero ¿ se olvido el veterano aficionado a pasear en bicleta, que él fue en su momento un tránsfuga que sirvió como primer ministro al fujimorismo y que , asimismo, acaba de ser elegido congresista con esa misma Constitución?.Todo esto es divertido. Allí lo tienen a Carlos Tapia, hace muchos años cadete de la Naval, ya madurón diputado del radicalismo de izquierda y ahora vocero oficial del humalismo, rajando a todo dar de otro vocero o exvocero de la misma agrupación , pero en el Congreso, Alvaro Gutiérrez.

Dice que no sabe quién es, que es un don nadie, que ni se acuerda de su rostro. Esto a pesar de que reconoce que concurrió a las reuniones de coordinación de la campaña política a favor de Ollanta, que se hicieron en la residencia del ahora desconocido.¿ Cómo, es que no sabía a casa de quién iba a conversar y tomar, a lo mejor, un poco de aguita?, ¿ es que está acostumbrado a meterse en vivienda ajena y no presentar, por lo menos, un saludo educado?.

Qué buena joyita había sido Tapia...por lo fresco.Y una para terminar. La Cuarta Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Lima ha resuelto archivar en forma definitiva el proceso seguido a Monseñor Jorge Carrión, Obispo de Puno y al ex empleado Juan Rojas Saavedra, acusados de haber participado de una intriga, con el uso de cartas falsas, en perjuicio de Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y de Rino Passigato,Nuncio Apostólico en Perú.

Todo indica que ellos fueron acusados sin prueba alguna. Sin embargo, aquel que llevó las cartas al Vaticano,Fernando Olivera Vega, ni siquiera ha sido mencionado, siendo el autor material de tan oscura trama.¿ Por qué, ahhh?.Todo lo anterior nos indica a qué extremos ha llegado en nuestro país, si no la demagogia, por lo menos la mentira y el analfabatismo político.Mientras el mundo cambia, ellos siguen durmiendo con el poncho ajeno, esperando que alguien les crea sus despropósitos.